Introducción
A nivel global, la hipertensión arterial (HTA) fue en 2015 la primera causa de años de vida perdidos por discapacidad. Aproximadamente un tercio de las muertes de origen cardiovascular, la causa de la tercera parte de todas las muertes, se atribuyen a este factor de riesgo. En Colombia la HTA se presenta en al menos 1 de cada 5 y explica un tercio de la consulta médica. A pesar de disponer de diversas medidas eficaces para su manejo, la mayoría de personas con HTA desconocen su condición o mantienen niveles asociados a riesgos para la salud. Subsiste, por tanto la necesidad de optimizar el uso de tales medidas y por esta vía reducir riesgos para la salud y aumentar la productividad.
La disponibilidad de una GPG para la prevención, diagnóstico, atención integral y seguimiento de pacientes con HTA implica reducir la variabilidad de los manejos, acercar el manejo o diagnóstico a estándares de óptima calidad, mejorar la calidad de la atención y establecer procedimientos, intervenciones y tratamientos de la enfermedad.
Hay evidencia disponible que permite hacer recomendaciones basadas en un proceso sistemático y técnicamente aséptico. Una revisión preliminar de la literatura muestra que, por ejemplo, las guías emitidas por el Joint National Comitte (JNC) de los Estados Unidos, organismo que genera recomendaciones sobre el manejo clínico de la HTA desde 1977 (y actualizadas luego en 1980, 1984, 1988, 1993, 1997 y 2003) es quizá el ejemplo de mayor tradición. Sus recomendaciones se expresan a través de publicaciones que han orientado a los equipos de salud americanos sobre el diagnóstico, tratamiento y seguimiento de pacientes con HTA. Aunque ha habido variaciones a través del tiempo, las diversas ediciones de las recomendaciones del JNC expresan unos puntos de corte con el cual hacer diagnóstico y clasificación, que se orientan a la decisión de la iniciación, tipo e intensidad en el tratamiento.
